Tabla de Contenido
- 1. El Origen de una Leyenda: Las Primeras Dell G3
- 2. Evolución y Refinamiento: La Era del 3590 y 3500
- 3. Rendimiento y Legado: Impacto en el Ecosistema Tech
El Origen de una Leyenda: Las Primeras Computadoras Dell G3
En el saturado universo de las laptops, Dell siempre ha jugado bien sus cartas. Mientras Alienware era el objeto de deseo inalcanzable para muchos, la serie G aterrizó con una misión clara: hacer accesible el PC gaming de verdad. Dentro de esa familia, la línea G3 se convirtió rápidamente en la favorita del público. Era la puerta de entrada perfecta a nuestros mundos virtuales, pero también una máquina de trabajo sorprendentemente capaz. Recuerdo bien la época: necesitabas compilar código, correr máquinas virtuales y, en los ratos libres, echar unas partidas. La G3 lo hacía todo sin dejarte en bancarrota. Este primer capítulo es un viaje a los cimientos de esa serie, a los modelos que lo empezaron todo.
La historia arranca con el Dell G3 3579, una laptop que sacudió el mercado. Venía a reemplazar a la antigua línea Inspiron Gaming y lo hizo con fuerza. Su diseño era funcional, sin pretensiones. Hecho de plástico, sí, pero robusto. Lo podías llevar a la oficina o a la universidad sin que pareciera una nave espacial, pero los detalles en azul delataban su ADN gamer. Era el equilibrio perfecto para un profesional de TI.
Análisis Técnico del Dell G3 3579
Bajo el capó, el Dell G3 3579 era una joya para su segmento de precio. La configuración que todos buscábamos era la que montaba el Intel Core i7 de 8ª generación, el famoso Dell G3 i7-8750H. Hablamos de un procesador de seis núcleos y doce hilos que no solo volaba en juegos, sino que agilizaba la compilación de proyectos pesados y las tareas de virtualización. Era una auténtica bestia multitarea, compitiendo de frente con lo que ofrecía la revolución del PC con Ryzen 5 en ese entonces. Junto a él, la NVIDIA GeForce GTX 1050 Ti con 4GB de VRAM era el estándar de oro para jugar en 1080p. Lograbas una experiencia fluida con buenos gráficos en la mayoría de los títulos de la época, y esos 4GB de VRAM eran clave para las texturas que empezaban a exigir más memoria.
La RAM solía partir de 8GB DDR4, pero muchos de nosotros la ampliamos a 16GB casi de inmediato para trabajar con comodidad con múltiples aplicaciones abiertas. En almacenamiento, Dell fue muy inteligente. Las configuraciones híbridas con un SSD de 128GB o 256GB para el sistema operativo y un HDD de 1TB para datos y juegos eran la solución perfecta: tenías la velocidad del SSD para el arranque y la capacidad del disco mecánico para tu librería de Steam y archivos de proyectos. Para los profesionales que se movían constantemente, esta versatilidad se podía complementar con un buen módem para profesionales de TI.
La pantalla era un panel IPS de 15.6 pulgadas Full HD. Aunque no era la más brillante ni la de colores más precisos, la tecnología IPS nos daba buenos ángulos de visión, y un detalle técnico que muchos apreciamos: no usaba PWM para regular el brillo, lo que reducía la fatiga visual tras horas de codificar o jugar. El teclado retroiluminado era cómodo para largas sesiones de escritura y el trackpad cumplía sin problemas para el día a día.
La Variante de Gran Formato: Dell G3 3779
Para quienes preferían una experiencia más inmersiva en un formato menos portátil, Dell lanzó el Dell G3 3779. Era básicamente el mismo equipo, pero con una pantalla de 17.3 pulgadas. Este mayor tamaño no solo era genial para juegos y multimedia, a menudo mejorado con un upgrade de audio para tu setup, sino que en mi experiencia, también ofrecía un poco más de espacio para la disipación del calor, un factor crítico en cualquier portátil de alto rendimiento. Las specs eran similares, con el Dell G3 i7-8750H como protagonista, pero algunas versiones del 3779 llegaron a montar la GTX 1060 Max-Q de 6GB, un salto gráfico que te permitía exprimir aún más los juegos AAA.
Impacto y Preparando el Terreno para el Futuro
El lanzamiento de los G3 3579 y 3779 fue una jugada maestra de Dell. Se posicionaron como una alternativa real a las series Nitro de Acer o Pavilion Gaming de HP, demostrando que no hacía falta gastar una fortuna para tener una experiencia de PC gaming de calidad. Estos equipos no solo vendieron, sino que crearon una comunidad de usuarios que valoraban el rendimiento accesible. El éxito de estos modelos sentó las bases para todo lo que vendría después, influyendo en el diseño y las especificaciones de sus sucesores directos, los G3 3590 y G3 3500. A día de hoy, estos equipos siguen siendo relevantes en el mercado de segunda mano y en servicios de renta de equipos, una prueba de su excelente diseño y durabilidad.
Evolución y Refinamiento: La Llegada del Dell G3 3590 y el 3500
Dell sabía que en el mercado de portátiles para gaming, quedarse quieto es retroceder. Tras el éxito de los primeros G3, la respuesta fue el Dell G3 3590. No fue una reinvención, sino una maduración inteligente de una fórmula que ya funcionaba. Se notaba que habían escuchado a la comunidad. Este capítulo analiza esa transición clave y el salto cualitativo que supuso el posterior Dell G3 3500.
El Dell G3 3590: Un Paso Adelante en Diseño y Potencia
El Dell G3 15 3590 llegó para refinar la experiencia. El chasis se hizo más delgado y estilizado, con acentos de color que le daban un toque más moderno. Los biseles de la pantalla se redujeron, lo que mejoraba la inmersión y compactaba ligeramente el equipo. La construcción seguía siendo de plástico, un sacrificio lógico para mantener el precio a raya, pero se sentía bien ensamblado.
Por dentro, las mejoras fueron sustanciales. Dimos el salto a la 9ª generación de procesadores Intel, con el Dell G3 i7-9750H como el nuevo rey del rendimiento en esta gama. Pero el verdadero cambio de juego fue en la GPU. El G3 3590 adoptó la arquitectura Turing de NVIDIA, ofreciendo la GTX 1650 y, en las configuraciones más deseadas, la potentísima GTX 1660 Ti Max-Q. Esta última representó un salto brutal respecto a la 1050 Ti. De repente, podíamos jugar a los títulos más exigentes en calidad alta o ultra a 60 FPS estables en 1080p, algo que poco antes era exclusivo de portátiles mucho más caros. Para los que usábamos el portátil para trabajar, esto significó una aceleración masiva en tareas que tiran de GPU.
Dell también mejoró la experiencia de usuario con detalles que importan. La inclusión del Alienware Command Center fue un acierto. Poder monitorizar temperaturas, gestionar perfiles de rendimiento y activar el modo "Game Shift" (ventiladores a tope y CPU optimizada) con una tecla (F7) nos dio un control que antes no teníamos. La conectividad también mejoró, con puertos USB 3.1 y, en algunas versiones, un USB-C con DisplayPort, recordando a los usuarios más exigentes que el cable de cobre sigue siendo el rey para una conexión estable. Y lo más importante para los entusiastas del hardware: la facilidad para actualizar la RAM y el almacenamiento seguía ahí. Comprar una versión base y mejorarla con el tiempo era una opción muy atractiva.
El Dell G3 3500: Un Rediseño Inspirado en Alienware
Si el 3590 fue una evolución, el Dell G3 3500 fue una pequeña revolución. Lanzado en 2020, adoptó un diseño mucho más agresivo, con una clara inspiración en sus hermanos mayores de Alienware. El chasis, aunque de plástico, se sentía más sólido y con una estética que no dejaba lugar a dudas: esto era una máquina para jugar.
El hardware se actualizó a la 10ª generación de Intel, con el Dell G3 i7-10750H a la cabeza. Pero el gran salto vino de la mano de la GPU y la pantalla. El G3 3500 no solo mantuvo las GTX de la serie 16, sino que introdujo la NVIDIA GeForce RTX 2060. Esto fue un bombazo. Por primera vez, teníamos acceso a Ray Tracing en tiempo real y DLSS en un portátil de esta gama. Tecnologías que cambiaban por completo la experiencia visual en juegos compatibles estaban ahora a nuestro alcance.
Para acompañar esa potencia, Dell mejoró drásticamente las pantallas. Además del panel estándar de 60Hz, podíamos optar por pantallas de 120Hz o 144Hz. Cualquiera que haya probado una pantalla de alta tasa de refresco sabe que no hay vuelta atrás; la fluidez es espectacular. La combinación de una RTX 2060 y una pantalla de 144Hz en un G3 era una configuración de ensueño que demostraba el compromiso de Dell por democratizar las características premium. Este modelo consolidó la reputación de la serie G3, demostrando que podía competir no solo en precio, sino en rendimiento y características de vanguardia.

Rendimiento, Comparativas y Legado en el Ecosistema Tecnológico
Una vez repasada la evolución en diseño y hardware, toca hablar de lo que de verdad importa: cómo se traduce todo esto en rendimiento real. El éxito de la serie Dell G3 no radica en una lista de componentes, sino en la experiencia fluida y consistente que ofrecían, tanto para jugar como para trabajar. Este capítulo final se centra en el rendimiento, la comparativa con sus rivales y el legado que estas máquinas han dejado en nuestro ecosistema tecnológico.
Análisis de Rendimiento y Benchmarks
El rendimiento de la serie G3 fue escalando de forma impresionante. El Dell G3 3579 con su i7-8750H y la GTX 1050 Ti era el punto de partida ideal para el gaming en 1080p, manejando títulos populares de su tiempo con soltura en ajustes medios-altos. Con la llegada del Dell G3 3590 y la GTX 1660 Ti Max-Q, el salto fue enorme. Hablamos de un aumento de rendimiento de más del 50% en muchos juegos, lo que nos permitió disfrutar de títulos AAA en calidad alta o ultra a 60 FPS. Para los que trabajábamos con software de edición de vídeo o 3D, esta GPU fue un regalo.
El clímax llegó con el Dell G3 3500 y su opción de montar una RTX 2060. Esta configuración no solo era más potente, sino que trajo el Ray Tracing y el DLSS a la mesa. Poder experimentar con reflejos y luces realistas en juegos como 'Control' o 'Cyberpunk 2077' en un portátil de este precio era increíble. Gracias al DLSS, podíamos activar estos efectos y mantener un rendimiento jugable. La combinación de un Dell G3 i7 de 10ª gen, una RTX 2060 y una pantalla de 144Hz convirtió al G3 3500 en una máquina de e-sports increíblemente competitiva y en una de las mejores compras de su generación.
Comparativa Frente a la Competencia y Posición de Mercado
La serie G3 siempre compitió en un mercado feroz contra la serie Nitro de Acer, los Pavilion Gaming de HP y los IdeaPad Gaming de Lenovo. La lucha siempre fue muy pareja, y cada marca desarrollaba su propuesta, como se ve en el ecosistema de PC y monitor para profesionales y gamers. La decisión final a menudo se reducía a detalles: el diseño, la calidad del teclado, el software incluido como el Alienware Command Center de Dell, o el sistema de refrigeración de la competencia. Sin embargo, Dell siempre mantuvo a la serie G3 como una opción relevante, principalmente por su agresiva política de precios en configuraciones potentes. Además, un punto que muchos valoramos enormemente fue la facilidad de actualización. Poder añadir más RAM o un segundo SSD de forma sencilla le daba una vida útil extra que no todos los competidores ofrecían.
El Legado y la Relevancia Actual
Hoy, aunque ya no son la última novedad, el legado de los G3 perdura. Estas laptops abrieron las puertas del PC gaming a millones de personas y se convirtieron en herramientas de trabajo fiables para incontables profesionales de la tecnología. En el mercado de segunda mano, un Dell G3 3500 con una RTX 2060 sigue siendo una máquina muy capaz para la mayoría de juegos actuales en 1080p y una excelente estación de trabajo para un desarrollador. Su potencia de GPU es perfecta para tareas de machine learning con CUDA, compilación de código y virtualización. Por eso, no es raro ver estos modelos en empresas de renta de equipos de oficina, que los ofrecen a clientes que necesitan un plus de rendimiento. Los Dell G3 demostraron ser herramientas versátiles que han resistido el paso del tiempo, manteniendo su valor y utilidad mucho después de su lanzamiento. Su historia es un capítulo clave en la democratización de la tecnología de alto rendimiento. Para seguir al día sobre hardware, un recurso que siempre consulto es la sección de Hardware de PC Gamer.